Fue una experiencia que pudo haber tenido un desenlace fatal. El arreglo de chapa fue satisfactorio pero al volver a colocar una de las ruedas que tuvo que sacar para realizar el trabajo, las tuercas no quedaron sujetas adecuadamente. Al trasladarnos, felizmente a baja velocidad, esa rueda se soltó, con tanta suerte que quienes estaban en el vehículo (dos nietos y una nieta) no recibieron golpes.